¿Conoces la leyenda de las 1000 grullas? Cuenta esta leyenda japonesa que construir 1000 grullas de papel te puede hacer cumplir cualquier deseo; o más bien, se te concederá un regalo divino procedente de los dioses, que se puede manifestar en forma de buena suerte, de recuperación de una enfermedad o, sencillamente, de felicidad. Y es que así somos, seres vivos llenos de anhelos. En ocasiones, justificado. A veces, no tanto.
No obstante, si traemos esta historia hasta nosotros no es por el arte del origami, que incluso llegó a estar presente en las ceremonias asiáticas de la nobleza. Hoy recuperamos esta leyenda por Sadako Sasaki, la niña japonesa que popularizó esta leyenda y que nos recuerda lo importante que es dedicar nuestro tiempo a nuestros seres queridos.
Sadako Sasaki y la leyenda de las 1000 grullas
Sadako Sasaki era una niña japonesa que vivía cerca del puente Misasa en la ciudad de Hiroshima cuando cayó la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial; a tan solo 1.600 metros de distancia de la zona cero. Sobrevivió sin lesiones aparentes, por lo que pudo levantarse y huir. Mientras corrían por la calle, ella y su familia se vio sorprendida por lo que se denominó lluvia negra: un compuesto pegajoso repleto de radiación.
Sadako creció haciendo vida normal hasta los 11 años, hasta 1954, cuando los médicos le diagnosticaron leucemia y le dieron apenas 1 año de vida. En febrero de 1955 fue hospitalizada y fue su compañera de habitación, dos años mayor que ella y también enferma de cáncer, quien le explicó la leyenda: A quién haga 1000 grullas de origami se le concederá cualquier deseo, ya sea propio o ajeno.
Aquí comenzó a popularizarse la leyenda de las 1000 grullas , de hecho, esta historia tiene varias versiones. La que nos dice que Sadako no consiguió llegar a las 1000 grullas antes de su muerte, que se quedó en 644 y que fueron sus compañeras de escuela quienes completaron las 1000 y luego las enterraron con ella. Y la más extendida, también la más optimista, en la que se dice que su padre, Shigo Sasaki, dijo que las superó, llegando a las 1400 y que, aunque no era una familia pudiente para conseguir papel constantemente, cuando se le terminaba, usaba el prospecto de los medicamentos o incluso el envoltorio de los regalos de otros pacientes.
Sea como fuere, la leyenda de las 1000 grullas ha llegado a nuestros días, y ha llegado hasta INMOA. Podremos hacer 1000 grullas, o podremos seguir investigando, siempre con un objetivo claro. Porque no hay nada mejor que regalar nuestro tiempo a nuestros pacientes para intentar concederle su mayor deseo. Por eso, la Dra. Arrojo es la principal investigadora en los estudios que se están desarrollando con Oncothermia en la Sanidad Pública Española.
