Cáncer y ejercicio pueden parecer incompatibles. Nada más lejos de la realidad, y te contamos por qué
Varias investigaciones han estudiado la relación entre la práctica de ejercicio y cáncer, tanto desde el punto de vista preventivo, como nos indica el CNPC (Centro Nacional de Prevención del Cáncer), como durante el tratamiento oncológico, es decir, tanto antes, como durante y después.
Por otro lado, se ha demostrado la relevancia del deporte y la actividad física con el cáncer mediante diferentes hallazgos.
🏃🏽♀️Disminución de inflamación a nivel celular y otros beneficios de la relación entre cáncer y ejercicio físico
Como recoge la revista médica Elsevier en su sección «Medicina del deporte», uno de los beneficios claros del ejercicio durante los procesos oncológicos es que la práctica deportiva disminuye la activación de cascadas inflamatorias implicadas en el desarrollo de diversos tipos de cáncer, como el pancreático, el de pulmón o el colorrectal.
También está demostrado que a más actividad física, menor riesgo de desarrollar cáncer de mama y colon.
Además, la práctica de deporte y actividad física por el paciente oncológico, durante el tratamiento de quimioterapia o fuera de él, puede ofrecer varios beneficios y ventajas tanto físicos como emocionales.
En pacientes oncológicos el deporte puede reducir la fatiga relacionada con el tratamiento y la depresión, lo que supone una mejor calidad de vida.
En caso de cirugía, como por ejemplo en cáncer de pulmón, puede reducir el tiempo de recuperación en el hospital, así como mantener la salud cardiaca y pulmonar, la fuerza y capacidad física.
Asimismo, la práctica de ejercicio en determinados tipos de cáncer, como el de mama y el colorrectal, se ha asociado a mejores tasas de supervivencia.
🏃🏽♀️Mejoras en salud general y modos de ejercicio durante el proceso oncológico
La mejora que el deporte produce en términos de salud general, como la mejora de sueño, prevenir la pérdida muscular, disminuir el riesgo de osteoporosis o mejora del equilibro para evitar caídas, tiene también indirectamente amplios beneficios en el proceso oncológico.
De todas formas, tan importante es saber de su importancia como conocer cómo o en qué términos practicar el ejercicio físico.
La intensidad del ejercicio físico puede ir modulándose según evolucionan los efectos secundarios. Lo más importante en lo que hay que centrarse es moverse tanto como te permita tu capacidad en esos momentos.
El tipo de ejercicio a realizar debe también pensarse adecuadamente, para tener claro que porcentaje de ejercicio aeróbico, de fuerza o de estiramiento conviene más en cada momento.
También el lugar en el que se practica la actividad física es un factor a tener en cuenta dependiendo del tipo de cáncer o la fase del mismo.
Por ejemplo, en caso de tener lesiones cutáneas, quizá la natación no sea la mejor elección. Otro ejemplo, si unos de nuestros puntos a evitar es el riesgo de infección, haríamos bien en practicar actividad física al aire libre y evitar concentraciones de personas como puede ser una clase en un gimnasio.
El ejercicio durante el cáncer debe ser divertido, variado para que la rutina no afecte a la motivación, ponerse metas realistas reconociendo los logros obtenidos.
Las bondades del ejercicio físico durante el cáncer no se enfocan exclusivamente con realizar algún deporte. También con actividades de la vida diaria, evitando un estilo de vida sedentario, como por ejemplo, sacar al perro, caminar o potenciar subir escaleras frente al uso de ascensor.
🏃🏽♀️Los 8 beneficios más importantes de practicar ejercicio durante el proceso oncológicos
Las ventajas que hemos visto sobre cáncer y ejercicio durante este artículo podríamos resumirlas de la siguiente manera:
- Mejora el tratamiento antitumoral: El ejercicio puede mejorar la respuesta del cuerpo al tratamiento, independientemente del estadio o tipo de cáncer.
- Mejora el sueño: El ejercicio puede mejorar la calidad del sueño.
- Mejora la salud cardiovascular: El ejercicio regular puede mantener la salud cardíaca y pulmonar.
- Incrementa la fuerza muscular y protege los huesos: El ejercicio puede prevenir la pérdida muscular, aumentar la fuerza y mejorar la flexibilidad
- Mejora el estado de ánimo: Se ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo de depresión y ansiedad.
- Disminuye la fatiga relacionada con el tratamiento: Numerosos estudios muestran que el ejercicio físico puede ayudar a disminuir la fatiga que permanece una vez finalizado el tratamiento.
- Mejora el equilibrio: El ejercicio puede ayudarte a mejorar el equilibrio, ya que fortalece los músculos.
- Ayuda a mantener el peso o a bajarlo: Se ha demostrado que la ganancia de peso durante y después del tratamiento de quimioterapia, aumenta el riesgo de recurrencia tumoral.
🏃🏽♀️Profundizar en el tema Cáncer y ejercicio
Si deseas saber más acerca de la relación entre cáncer y ejercicio te recomendamos la publicación que la Sociedad Española de Oncología Médica, (SEOM) ha publicado en la revista científica «Clinical & Traslational Oncology, (CTO).
Es un completo estudio que lleva por título «El ejercicio previene el cáncer, controla la progresión de la enfermedad y mejora el funcionamiento físico y psicosocial de los pacientes«, al que podéis acceder en el enlace de este párrafo
