21 de enero: Día del Abrazo
Qué importante es rodearse de la gente que te quiere, que te hace bien, que sabe darte el mejor consejo en cada momento. Somos seres humanos que nos gusta y que necesitamos vivir en sociedad.
Por eso, este 21 de enero es un día tan importante. Porque visibiliza el afecto de una forma muy sencilla, a través del abrazo.
Ese gesto que nos reconforta, que nos hace sentir en casa, que es sinónimo del cariño y amor más puro.
Sí, un abrazo es todo eso en un momento determinado.
Todo el mundo se puede imaginar cuánto significa en un proceso de enfermedad. Cuando te faltan las fuerzas, también la esperanza y no ves opciones, un abrazo logra curar todo pensamiento destructivo. Porque quien te acoge entre sus brazos, te está diciendo: yo estoy aquí contigo.
En INMOA somos testigos de múltiples abrazos
Desde INMOA somos testigos de esos abrazos incondicionales, del apoyo de la familia, de los amigos y de todos los seres queridos que confían en la medicina incluso más que el propio paciente. Que nos ven como héroes, cuando solo somos profesionales haciendo nuestro trabajo. Y que también nos hacen llegar ese abrazo en forma de agradecimiento.
Y es que un abrazo es todo eso y mucho más. Es, de hecho, todas las muestras de afecto que uno quiera: amistad, amor, gratitud, incluso arrepentimiento.
Este sencillo gesto tiene infinidad de beneficios para la salud, tanto física como psicológica. Porque sí, además de cubrir las necesidades afectivas, nos aporta seguridad, disminuye la presión arterial y nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices debido a la generación de dopamina y serotonina.
Por eso queremos, desde estas líneas, contribuir a esos abrazos que nos guardamos, que nunca llegan y que acaban doliendo. Queremos que el paciente se sienta acompañado y se deje acompañar. Aquí, INMOA será para ellos abrigo y abrazo.
21 de enero: Día del Abrazo, Historia de este día
Normalmente, cuando se propone celebrar un “Día De”, su misión siempre es visibilizar una causa. Y este caso no iba a ser diferente. Aunque no queda claro cuál. Bien por el estrés acumulado de la sociedad día tras día, o bien por la falta de muestras de cariño en público. Ambos motivos nos llevan a un mismo nombre: Kevin Zaborney.
El estadounidense, psicólogo de la Universidad de Michigan, tomó la iniciativa durante los años 80; concretamente en 1986. Para ello, logró “colar” el 21 de enero: Día del Abrazo como efeméride en el calendario de eventos de la empresa Chase; una publicación que anunciaba todas las festividades locales del año y a la que pudo acceder porque el dueño era el abuelo de una de sus mejores amigas. El por qué se popularizó por todo el mundo, simplemente tiene que ver con la magia que transmite esta fecha.
Porque fueran los motivos que fueren los que le llevó a Zaborney a promover esta celebración, su efecto (y su afecto) han hecho que tome una relevancia vital en nuestro calendario de festividades.
Qué hay detrás del abrazo
El contacto físico, y por tanto abrazos y caricias como muestras de afecto, son necesarios en nuestra vida y esenciales en nuestra salud mental y desarrollo.
Los cambios hormonales que genera un abrazo contrarrestan los efectos negativos del estrés en el cuerpo, e influye positivamente haciendo más fuerte nuestro sistema inmune.
La ciencia ha probado que la ausencia de contacto físico durante el desarrollo va en detrimento del desarrollo del cerebro y disminuye la plasticidad neuronal.
Por otro lado, la piel es el órgano sensorial más extenso de nuestro cuerpo. Un abrazo inicia un estímulo en la red de receptores y nervios, se transmite por canales conductores hasta la médula dorsal y de allí sube hacia el cerebro y la corteza que es la que distingue el sentido del tacto.
El contexto es importante para integrar esta información por parte de nuestro cerebro. La persona que está realizando este estímulo y qué significa para nosotros cuenta.
El abrazo es beneficioso y gratificante solo si es querido por nosotros. 21 de enero: Día del Abrazo, un buen momento para recordar todos estos detalles.
